DIARIO DE
OBSERVACIÓN
|
|
Observación No: 02
|
|
Título:
comunicación, habilidades blandas, hábitos de aprendizaje
|
|
Nombre del(a)
observador(a): María Alejandra Acosta
|
|
Fecha de
registro de observación: 07/06/2018
|
|
Hora de
inicio: 9:30 am
|
Hora de
finalización: 11:00 am
|
Lugar donde ocurrió
la situación: Salón 706 JM
|
|
Descripción:
Entro al
salón con la docente de matemáticas.
Cuando la profesora saluda, los niños se sientan y ella comienza la
clase organizándolos en grupos de 4 personas de acuerdo a su ubicación
inicial en filas. Los niños y niñas se
sientan en pupitres típicos. Desde el
inicio me doy cuenta de que el ruido del ambiente es alto, debido en
principio a la mala acústica del salón (que comparado con el de 701 es más
grande), y dada la charla que mantienen los integrantes del grado, que
utilizan un volumen elevado para hablar.
Cuando se
están organizando, los estudiantes en lugar de levantar las sillas las
arrastran contra el suelo, lo que aumenta considerablemente el ruido dentro
del salón. Juegan, se ríen, y tardan
más tiempo del necesario en ubicarse como la profesora les indicó.
Como yo estoy
de pie al lado de la puerta con una libreta en la mano tomando notas, luego
de que los niños y niñas ya se encuentran organizados y distribuidos por el
salón, un niño se me acerca con una silla y me pregunta: ¿Se quieren sentar
profe?, ante su gesto de amabilidad sonrío, le doy las gracias y me ubico.
La profesora
comienza la clase indicándoles que dado que los resultados de las bimestrales
(exámenes de las materias fundamentales que se hacen al estilo pruebas SABER
en la institución al finalizar cada período), no fueron buenos (resalta que
un único estudiante sacó una nota por encima de 4), van a realizar un taller
de nivelación, en el que deben resolver de forma grupal los ejercicios, para
luego verificarlos entre todos en el tablero.
Les explica que trabajan en grupo por la falta de material, pero que
deben presentar todos los puntos de manera individual en su cuaderno de
matemáticas.
Noto que
mientras la docente habló, el ruido del ambiente disminuyó considerablemente,
pero una vez les dio la indicación de comenzar a realizar el ejercicio, fue
en aumento de forma paulatina, hasta restaurarse como al inicio de la clase.
En el salón
hay presentes 35 estudiantes, hay 3 estudiantes ausentes. Tengo conocimiento de que en total en
listas hay 39 estudiantes, por lo que me surge la duda de si alguien se ha
retirado, o mi conteo fue deficiente.
Con lista en mano, pude verificar que en total hay 17 mujeres y 22
hombres, por lo que me doy cuenta de que, en el nivel séptimo, hay mayor
cantidad de estudiantes hombres que de alumnas mujeres.
La docente me
comenta que uno de los estudiantes ausentes mantiene comportamientos
agresivos con sus compañeros, pues los insulta, los molesta y les pega sin
razón. Me cuenta que sólo hay un niño
con el que se la lleva bien (lo señala), dice que el estudiante ausente llegó
este año, y que ha sido difícil manejar su agresividad frente a sus
compañeros, que valga decirlo, son más jóvenes y más pequeños (en estatura)
que él.
Veo que,
durante el ejercicio grupal, varios de los niños se entretienen en cosas
diferentes a la actividad, como utilizar el celular o hablar con sus
compañeros. En este caso los grupos
están parejos (mixtos), pero veo 4 compuestos sólo de niñas o niños.
Cuando la
docente reinicia su explicación para analizar los puntos del taller con todo
el grupo, algunos de los niños se dispersan y siguen hablando entre ellos,
por lo que la profesora debe pedirles atención de manera constante.
La profesora
me cuenta que no ha podido realizar actividades con los niños y niñas de este
grupo que impliquen el uso de tijeras o cortadores, porque de hacerlo, ellos
comenzarían a cortarse entre ellos (el pelo, por ejemplo) o a hacer bromas
pesadas, pues la última vez que lo intentó, tuvo que suspender la actividad
cuando se dio cuenta de que uno de los niños estaba poniendo su bisturí abierto
y de punta sobre la silla de otro compañero.
Cuando le preguntó la razón, le dijo que era “para que cuando se
sentara, se chuzara”.
Cabe señalar
que la organización inicial de la docente (en grupos de acuerdo a sus filas),
obedece a que, si les da la libertad de ubicarse a su antojo, los niños y
niñas tienden a hacerlo sólo con sus compañeros-amigos y no trabajan. Además, afirma que se demoran mucho más en
ubicarse, y que ha perdido hasta 20 minutos de la clase sólo en esa
actividad.
Durante mi
observación, noté como un niño en específico se desesperó luego de que la
docente decomisara su celular. Jamás
sostuvo su atención en el ejercicio académico más de dos minutos. Pude darme cuenta de que se levantaba
constantemente y agredía físicamente a sus compañeros al pasar (dándoles
golpes en la nuca). En una
oportunidad, por algún comentario que no escuché, le lanzó una patada a su
compañero del lado. En un momento, la
profesora le llamó la atención, y le dijo: ¡oiga! Pero es que usted no se
logra concentrar, a lo que el estudiante le respondió: Me concentro si me
devuelve el celular, y finalmente la docente le dijo: ¡si se lo regreso se
concentra en el celular, no en la prueba! Acto seguido, el estudiante se
sentó a trabajar, hecho que no duró más de 5 minutos.
En la medida
en la que la clase transcurría, los estudiantes se iban poniendo cada vez más
inquietos, hablaban, se golpeaban, y hasta silbaban. Hubo momentos en los que había una especie
de lluvia de papeles por el aire, pues en lugar de acercarse a la caneca a
botarlos, los lanzaban desde el puesto, lo que fue generando mayor suciedad y
desorden en el aula.
Un estudiante
se pone de pie, y al sacarse la mano del bolsillo, bota sus monedas. Varios estudiantes se apresuran a ayudarlo
a recogerlas, pero una moneda queda perdida. Una niña interviene y acusa a
otro de sus compañeros y dice que “se quiere robar la moneda”, la docente
interviene levemente y el niño entrega la moneda. La niña afirma que el estudiante “siempre
hace lo mismo y coge lo que no es de él”.
Cuando la
clase se termina, la docente les solicita a los estudiantes organizarse
nuevamente en filas y recoger la basura a su alrededor.
|
|
Reflexión:
Es importante
abordar la comunicación verbal y hacer énfasis en la no verbal. Pues si bien estos niños y niñas tienden a
ser agresivos con las palabras, es más conflictivo el hecho de que algunos de
ellos no puedan manejar su ansiedad o emociones, y terminen golpeando a los
otros sin ninguna justificación.
Parece muy
necesario abordar además intervenciones acerca del cuidado de lo ajeno, y que
ayuden a disminuir las pérdidas (robos) de objetos en los salones.
|
Pregunta:
Ø ¿Es
importante o necesario realizar ejercicios de seguimiento de instrucciones?
Ø ¿Cómo
enseñarles a escuchar?
Ø ¿Se debe
abordar un tema aparte para poder disminuir los robos que se presentan en el
aula de clases?
|
Notas:
|
Tiempo de
observación: 1 hora 30 minutos
|
Este blog surge a partir de la necesidad de desarrollar un diario de campo cuyo contenido gire en torno a las experiencias de las intervenciones grupales llevadas a cabo dentro del proyecto de mejoramiento de habilidades comunicativas y fortalecimiento de habilidades blandas que estoy desarrollando con un grupo de estudiantes de noveno grado.
domingo, 29 de julio de 2018
Observación_02_proyecto_Sistematización
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario